Mi nombre es Franz Lundstedt, chileno nacido en Viña del Mar. Nací con la habilidad, o el don de ver seres elementales, duendes, hadas y Ondinas del Agua, a los cuales llamo ‘La Gente Pequeña’. Solía pasar mucho tiempo en el jardín, en bosques o en las playas y en estos escenarios se aparecían ante mí estos seres. Preservé esta habilidad porque no era algo extraño, esotérico o sobrenatural; para mí era natural y simple. Yo sabía que no todos los podían ver y que no siempre se dejaban ver, por lo cual lo mantuve en secreto y ni siquiera a mis padres les contaba acerca de estas experiencias. El año 2001, en el Valle del Encanto, sitio arqueológico ubicado en la IV región cerca de la ciudad de Ovalle, se me apareció un gnomo al cual llamé ‘Bonguito’. Este gnomo, similar a un aborigen del norte, se convirtió en mi pequeño maestro y me enseñó a recordar todo lo que ahora sé sobre los reinos elementales.
A partir de ese momento, y por sugerencia de Bonguito, comencé a manifestar a los seres elementales, principalmente a los Gnomos de la Tierra, por medio de dibujos y modelado de figuras en terracota, ayudado por mi habilidad innata para las artes en general y mi percepción. Actualmente me dedico íntegramente a modelar figuras personalizadas de gnomos a pedido, escribo libros sobre los elementales, dibujo e imparto talleres y charlas en las cuales hablo sobre los elementales; qué son, que representan para nosotros, como podemos contactarlos y atraerlos a nuestra vida, cómo realizan su trabajo, en qué consiste mi trabajo, por nombrar algunos tópicos. También he viajado al extranjero para dar conferencias y talleres sobre los gnomos.
Los seres elementales son seres que se expresan en cada elemento. Los cuatro elementos son los pilares de la naturaleza y la vida física, incluso de nuestros cuerpos. Estos son: Agua, Aire, Fuego y Tierra. Así como las células en un cuerpo humano cumplen funciones en cada órgano y sus procesos, de la misma manera los seres elementales cumplen funciones en la Naturaleza del planeta, como si esta fuera un enorme cuerpo viviente y consciente (que de hecho lo es)
Sin embargo, los cuatro elementos también están dentro del cuerpo humano y por ende, contenemos seres de los elementos ayudando en las funciones vitales. Ellos nos ayudan en cada proceso del cuerpo, desde el crecimiento hasta la forma en que digerimos o absorbemos nutrientes. Influyen en la interconexión de los procesos de cada sistema biológico y también a nivel energético. Nos ayudan a sanar e incluso nos dan ideas e inspiración cuando estamos en modo creativo.
Es un poco difícil explicar la naturaleza de los seres elementales, porque ellos tienen sus propias leyes físicas, sus propias matemáticas y una frecuencia vibratoria mas elevada que la del ser humano, entendiendo ‘frecuencia vibratoria’ como la forma en que la mente humana percibe el mundo, sólido, rígido, estable. Pero observando la naturaleza, observando nuestro propio cuerpo, podemos entender de manera simple lo que ellos son; no tenemos que ver cómo funcionan las células en un corazón humano, este simplemente late, sin que estemos consciente de ello.
Los seres elementales son parte de un sistema benévolo, sincrónico y muy preciso muy lejos de los prejuicios o definiciones ignorantes basadas en el miedo o el desconocimiento. Ellos sostienen que los seres humanos deben aceptar su existencia en gratitud para ellos poder realizar su trabajo sin cargas e imposiciones intelectuales que condicionan su accionar.
Su mayor virtud es su amorosa colaboración y disposición para ayudarnos en cualquier forma que sean requeridos. Actualmente su trabajo se ha centrado en la sanación de enfermedades, ‘ajustes y recalibraciones del cuerpo’ como dicen ellos. Dan mucho énfasis a que nos acerquemos a la naturaleza y simplemente permanezcamos allí respirando en silencio, cerca de un árbol, sentado en el césped, o mucho mejor, en algún escenario natural, bosques, montañas o ríos. Su obra está orientada a la limpieza profunda del planeta tierra y esto implica muchas veces, liberar energía de la tierra en forma de sismos o tormentas.
La máxima de los elementales en este tiempo es que creamos en ellos para que puedan realizar su trabajo en armonía. Nos dan una pista acerca del paradigma humano diciendo; “Crean en lo que no ven porque es mas real de lo que creen. La pregunta es: El aire ¿lo pueden ver?… sin embargo está allí, abundantemente para ustedes, les permite respirar y purificarse y nutrirse. Y también tienen su mágica y bella manifestación cuando se forman remolinos llevando las hojas secas, jugando y haciendo música. Ellos son los Silfos del viento.”
Hay mucho mas por aprender de los Seres Elementales y los Gnomos, pero basta que sintamos curiosidad por saber y ellos están dispuestos a enseñarnos. No nos ven como entidades desalmadas que destruyen la naturaleza, nos ven como seres que estamos aprendiendo a conocernos a nosotros mismos para desarrollar nuestra virtud humana, la tolerancia, la unidad, el respeto, la ayuda mutua, el aprecio hacia nuestra nobleza de carácter y el amor en toda expresión. Los elementales también están aprendiendo de nosotros.
Hay muchas personas alrededor del mundo que comienzan a despertar y a manifestar su interés por los reinos de la naturaleza. Cada vez que le damos forma, por medio de un dibujo o alguna representación artística o simplemente hablando de ellos, estamos permitiendo que su manifestación sea posible para la experiencia de nuestros sentidos, hasta el momento que se presenten ante nosotros, en nuestra realidad física, como maestros, sanadores y amigos en la alegría y la celebración de la vida.